| Investigación histórica, geográfica, y cultural sobre los vampiros Algunos rasgos comunes de los vampiros en el folclore Escrito por Pilar Guiroy Es difícil realizar  una sola descripción del vampiro folclórico, porque sus características varían ampliamente en las distintas  culturas. La tendencia general los relaciona con espíritus malignos. 
La aparición del vampiro folclórico europeo poseía varias señales como para que       una persona pudiera distinguir un cuerpo vampírico de uno normal cuando se       abría la tumba de un cadáver sospechoso. El vampiro tiene una apariencia “saludable” y piel rojiza, a       menudo es regordete, su pelo y uñas han crecido y, principalmente, no está       descompuesto. La apariencia de la criatura fuera de la tumba puede ser más       o menos diferente de la de un cuerpo humano normal, dependiendo de la       región en la que se origine la leyenda.
La manera más común para destruir a un vampiro eran atravesarle el       corazón con una estaca de madera, decapitarlo, y quemar su cuerpo por       completo. Para evitar que un vampiro se levantara de su tumba incluían su entierro al revés, cortarle los       tendones de sus rodillas, o ubicar semillas de amapola en el suelo del       cementerio donde está enterrado el presunto vampiro, para que se mantenga ocupado toda la noche       contándolas. Las narraciones chinas sobre seres vampirescos también       afirman que si alguien se cruza con un saco de arroz, tendrá que contar       todos los granos. Existen mitos similares en la India. También los cuentos de brujas y otros seres       malignos en América del Sur poseen un aspecto similar.
Los apotropaicos, por ejemplo los objetos       que inhibían o evitaban a los vampiros (como a otras criaturas malignas), incluían ajo, luz del sol, rama de rosa       silvestre, una planta espinosa, y todos los objetos sagrados (agua       bendita, crucifijos, rosarios, etc.). En historias similares de otras       regiones, otras plantas y objetos de propiedades santas o místicas a veces       funcionaban como apotropaicos. En las leyendas orientales, las criaturas       vampíricas son generalmente rechazadas por cosas sagradas como los sellos       de Shinto. La planta de Aloe Vera colgada tras la puerta o cerca de ella       tenía la misma función en las creencias sudamericanas. Lugares sagrados       como la Iglesia       eran inaccesibles para los vampiros.
Los vampiros a veces pueden cambiar de       forma, no se limitan al estereotipo del murciélago descrito en los dibujos       y películas. Más bien se dice que mutan en una gran variedad de animales       como lobos, ratas, arañas, mariposas nocturnas, etc.
Algunos vampiros del folclore europeo       se cree que no tienen sombra ni reflejan nada, quizás esta sea una       creencia que viene del folclore sobre la falta de alma de los vampiros. Sin embargo, esto no era       universal ya que los vrykolakas/tympanios (en Grecia)  se suponía que poseían sombra y reflejos. Algunas tradiciones sostienen que un vampiro no puede entrar en una casa a menos que se lo invite, aunque  sólo necesitan ser invitados una vez, después de eso pueden ir y venir como les  plazca y sin permisos.  |