Una ojeada sobre los hallazgos encontrados acerca de OVNIS y seres extraterrestres

Una Prueba Existencial de OVNISOVNIS en la era moderna 2

Escrito por Pilar Guiroy

El alcance de la ola OVNI norteamericana de 1947 fue desconocida por dos décadas: la fuerza armada aérea de los EEUU investigó docenas de informes, pero no había un registro centralizado para los supuestos hallazgos de OVNIS.

Durante muchos años en los ’60, el investigador de OVNIS americano Ted Bloecher (con la ayuda del físico James E. McDonald) descubrió 853 reportes sobre visiones de discos voladores ese año en 140 periódicos de Canadá, Washington D. C., y en todos los estados de EEUU excepto Montana. Estos informes sobre OVNIS de 1947 eran más de lo que la mayoría de los investigadores creían.

Algunas de estas historias tenían poca documentación, o eran fragmentarias, pero Bloecher explicó que aproximadamente 250 de los reportes más detallados (aquellos hechos por pilotos y científicos, o por muchos testigos oculares, o los sustentados en las fotos) daban lugar a la existencia de un misterio genuino.

A partir del 9 de Julio, el servicio de inteligencia de la fuerza armada aérea, en cooperación con el FBI, comenzó una investigación formal en secreto sobre las visiones más factibles de ser ciertas, entre las cuales estaban la de Arnold y la de la tripulación de la armada.

Le dijeron al FBI que estaban usando “a todos sus científicos” para determinar si podía o no existir un fenómeno de esta clase. Además, la investigación estaba “siendo conducida con la idea de que los objetos voladores podían ser fenómenos celestiales”, o que “podían ser un aparato mecánico extranjero descontrolado”. Tres semanas después concluyeron que “esta situación de los “platillos voladores” no era para nada imaginaria ni se trataba tampoco de visiones de fenómenos naturales”.

Una revisión posterior de las divisiones de inteligencia y técnica del Comando Aéreo Material en Wright Field llegó a la misma conclusión, diciendo que “el fenómeno es algo real y no ficticio”, que existen objetos con forma de disco de apariencia metálica y del tamaño de los aviones hechos por humanos.

Fueron clasificados según su “extremo índice de ascensión y maniobralidad”, falta general de sonido, ausencia de rastro, formaciones aéreas ocasionales, y comportamiento “evasivo” al “ser detectados por aviones y radares”, creando la hipótesis de un control remoto, manual o automático.

Por eso se recomendó a fines de Septiembre de 1947 que se preparara una investigación a cargo de la fuerza aérea para investigar el fenómeno. Esto llevó a la creación del Proyecto Signo a fines de 1947, que se convirtió en el Proyecto Rencor a fines de 1948, y luego en el Proyecto Libro Azul en 1952. Libro Azul llegó a su fin en 1970, terminando con las investigaciones de los OVNIS en la fuerza aérea.

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