Datos curiosos sobre la Historia de World of Warcraft

Tigre BlancoEl mundo naciente y el Pozo de la Eternidad parte 2

Escrito por Pilar Guiroy

Con el tiempo, la curiosidad de los elfos los llevó a conocer y hacer amistad con varias entidades poderosas, entre las cuales e encontraba Cenarius, un poderoso semidios de los bosques primordiales. El magnánimo Cenarius le tomó mucho cariño a los curiosos elfos, y pasó una gran cantidad de tiempo enseñándoles acerca del mundo natural. Los pacíficos Kaldorei desarrollaron una profunda empatía por los bosques de Kalimdor y aprendieron a deleitarse con el armonioso equilibrio de la naturaleza.

A medida que las infinitas eras transcurrían, la civilización de los elfos se expandió territorial y culturalmente. Sus templos, caminos, y lugares de hábitat se expandieron sobre el oscuro continente. Azshara, la hermosa reina de los elfos, construyó un inmenso palacio en las orillas del Pozo que servía como hogar de sus servidores favoritos. Sus vasallos, llamados Quel’dorei o ‘Nobles’, la adoraban y creían que ellos estaban por encima del resto de los elfos. Aunque la reina Azshara fue amada de la misma manera por todos los elfos, los Nobles eran envidiados y despreciados por el resto del pueblo.

Azshara –que compartía la curiosidad de los sacerdotes por el Pozo-, ordenó a los Nobles averiguar sus secretos y revelar su verdadero propósito en el mundo. Los Nobles se entregaron con ardor a su tarea y estudiaron al Pozo con constancia. Con el tiempo llegaron a poder controlar las energías cósmicas del Pozo. A medida que sus experimentos progresaban, los Nobles descubrieron que podían usar sus nuevos poderes para crear o destruir cuanto quisieran. Los necios Nobles se habían encontrado con magia primitiva, y ahora estaban resueltos a dedicarse por completo a su dominio. Aunque acordaron que la magia no era peligrosa si se la manejaba con cuidado, Azshara y sus Nobles comenzaron a practicar hechizos con irresponsabilidad y descuido. Cenarius y varios eruditos elfos les advirtieron que solo podría resultar en un gran desastre sus juegos con las artes mágicas. A pesar de esto, Azshara y sus seguidores continuaron tercamente con la expansión de sus poderes.

A medida que sus poderes crecían, se produjo un cambio en Azshara y los Nobles. La altiva y distante clase aristócrata se volvió crecientemente insensible y cruel con sus hermanos elfos. Un velo de oscuridad nubló la belleza de Azshara. Comenzó a evitar a sus amados súbditos y rechazaba la compañía de cualquiera que no fuera alguno de sus fieles sacerdotes nobles.

Un joven estudiante llamado Malfurion Stormrage, que había pasado mucho de su tiempo estudiando las primitivas artes de los druidas, comenzó a sospechar que un terrible poder estaba corrompiendo a los Nobles y a su amada reina. Aunque no podía comprender el mal que estaba por llegar, él sabía que las vidas de los elfos nocturnos pronto cambiarían para siempre.

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