Datos curiosos sobre la Historia de World of Warcraft

MedivihEl portal negro y la caída de Stormwind

Escrito por Pilar Guiroy

Mientras Kil’jaeden preparaba a la Horda para la invasión de Azeroth, Medivh continuaba luchando por su alma contra Sargeras. El rey Llane, noble monarca de Stormwind, estaba muy preocupado por la oscuridad que rodeaba al espíritu de su antiguo amigo. El rey compartió su preocupación con Anduin Lothar, el último descendiente del linaje Arathi, a quien había nombrado como teniente en armas. A pesar de todo, ningún hombre podría haber previsto que el lento descenso de Medivh en los abismos de la locura traería los horrores que habrían de venir.

Como incentivo final, Sargeras prometió otorgar gran poder a Gul’dan si éste accedía a liderar a la Horda hacia Azeroth. A través de Medivh, Sargeras le dijo al hechicero que podría convertirse en un dios viviente si encontraba la tumba submarina donde la guardiana Aegwynn había guardado su cadáver hacía casi cien años ya. Gul’dan aceptó y decidió que, una vez que los ciudadanos de Azeroth fueran derrotados, encontraría la legendaria tumba y reclamaría su recompensa. Seguro de que la Horda serviría sus propósitos, Sargeras ordenó el comienzo de la invasión.

Por medio de un esfuerzo conjunto, Medivh y los hechiceros del Consejo de las Sombras abrieron un portal a otra dimensión llamada el Portal Negro. Este portal unía las distancias que separaban Azeroth de Draenor, y era suficientemente grande como para que el ejército pudiera pasar. Gul’dan despachó algunos exploradores orcos para que inspeccionaran las tierras que estaban por conquistar. Los informantes al volver aseguraron al Consejo que Azeroth estaba lista para ser tomada.
Todavía convencido de que la corrupción de Gul’dan destruiría a su pueblo, Durotan volvió a hablar contra los hechiceros. El valiente guerrero afirmaba que los hechiceros estaban destruyendo la pureza del espíritu orco, y que su necia invasión sería su perdición. Gul’dan, incapaz de arriesgarse a matar a un héroe tan popular, fue forzado a enviar a Durotan al exilio en los límites lejanos del nuevo mundo junto con su clan.

Luego de que el clan Frostwolves pasara por el portal, solo algunos clanes los siguieron. Estos orcos establecieron con rapidez una base de operaciones dentro de Black Morass, una oscura y pantanosa área al este del reino de Stormwind. Mientras los orcos comenzaban a explorar las nuevas tierras, entraron en conflicto con los defensores humanos de Stormwind. Aunque estas escaramuzas usualmente terminaban rápidamente, hacían mucho por ilustrar las debilidades y fortalezas de las dos razas rivales. Llane y Lothar nunca fueron capaces de ganar datos precisos sobre los números de los orcos, y sólo les quedaba adivinar cuán grande sería la fuerza contra la que iban a luchar. Luego de pocos años, la mayoría de los orcos de la Horda habían entrado en Azeroth, y Gul’dan entonces estimó que había llegado el momento de contrarrestarlos. La Horda lanzó su poderoso ataque contra el confiado reino de Stormwind.

Mientras las fuerzas de Azeroth chocaban contra las de la Horda a lo largo del reino, los conflictos internos comenzaron a surgir en ambos lados. El rey Llane, que creía que los bestiales orcos eran incapaces de conquistar Azeroth, mantenía su posición en Stormwind. Sin embargo, Sir Lothar estaba convencido de que había que llevar la batalla directo contra los enemigos, y se vio forzado a elegir entre su lealtad al rey y sus convicciones. Lothar eligió seguir a sus instintos, y atacó la fortaleza de Medivh con la ayuda del joven aprendiz de magia Khadgar. Lothar y Khadgar triunfaron al eliminar al guardián poseído, que era la raíz del conflicto. Al matar el cuerpo de Medivh, Lothar y el joven aprendiz desterraron al espíritu de Sargeras al abismo sin saberlo. Como consecuencia, el espíritu puro y virtuoso de Medivh revivió, y deambuló por el plano astral durante varios años.

Aunque Medivh había sido derrotado, la Horda continuaba dominando a las defensas de Stormwind. A medida que se acercaba su victoria, Orgrim Doomhammer, uno de los jefes orcos más grandes, comenzó a ver la depravada corrupción que se había esparcido a través de los clanes desde su tiempo en Draenor. Su viejo compañero, Durotan, volvió desde el exilio y le advirtió contra el carácter traicionero de Gul’dan. Entonces los asesinos de Gul’dan mataron a Durotan y a su familia, dejando a su hijo menor vivo. Doomhammer no sabía que el hijo de Durotan había sido encontrado por un oficial humano, Aedelas Blackmoore , y tomado como esclavo.

Ese infante se convertiría posteriormente en el líder más grande de su pueblo.

Indignado por la muerte de Durotan, Orgrim se prometió liberar a la Horda de la corrupción demoníaca y asumió el rol de jefe militar luego de matar a Blackhand. Bajo su decisivo liderazgo, la implacable Horda asedió la fortaleza de Stormwind. El rey Llane había subestimado el poder de la Horda, y veía con deseperación la caída de su pueblo frente a los invasores. Al final el rey Llane fue asesinado por uno de los mejores asesinos del Consejo de las Sombras: el medio orco Garona.

Lothar y sus guerreros, al volver a su hogar desde Karazhan, esperaban poder frenar la pérdida de vidas y salvar su antiguamente gloriosa tierra. Pero regresaron muy tarde, y se encontraron con las ruinas de su amado mundo. La horda continuaba destrozando la tierra y reclamó el territorio para ellos. Forzados a esconderse, Lothar y sus compañeros juraron recuperar sus tierras a cualquier costo.

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